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TIEMPO DE LIBERTAD

Dios estaba perplejo. No era frecuente verle así, dudando.

De repente dijo entre sí: “es que no consigo recordar si le he dado al hombre la libertad para actuar y tomar decisiones. Se ve que me estoy haciendo viejo”.

Y como la duda le estaba haciendo sufrir, se puso a observar la tierra.

***

“Debajo del árbol, a la sombra estará” pensó, y se fue a buscarle. Allí estaba.

-Me merecía un descanso- le dijo, -me he pasado el día trabajando la tierra de nuestro padre con un arado minúsculo y dos bueyes tan cansados que a veces tenía que empujarles yo.-

-Claro que te lo mereces. Lo que me molesta es tu aire de superioridad, al fin y al cabo somos hijos del mismo padre- le espetó. Siempre lo hacía, mamá le decía que tenía que hacerse examen de conciencia porque lo suyo eran celos, pero él no sabía lo que eran los celos, y menos aún qué era un examen de conciencia.

Le sonrió, cansado pero siempre amable. -Deberías esforzarte más para hacer Su voluntad- le dijo. -Tienes capacidad.-

Y fue así cómo Caín mató a su hermano Abel.

***

Dios dejó de mirar la tierra. Había visto suficiente.

-Sí- dijo en voz alta. -Le he dado al hombre la libertad.-

Y añadió: -y ya está abusando de ella.-

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